La noche madrileña te puede gustar o la puedes odiar. Si aprendes a moverte, la ciudad te ofrece muchas opciones de ocio.
Si quieres moverte en el ambiente liberal dispones de una oferta de locales cada vez más amplia. Pero también tienes la cara oculta que no son públicas. Los eventos y las fiestas privadas se mueven y mucho, solo tienes que conseguir entrar en los círculos, hay varias formas, unas más fáciles que otras. Las parejas que ya están dentro, presentan a otras parejas y las avalan. Chicos solos suele ser más difícil, algunos círculos, no todos, sí admiten un cupo limitado. Hay círculos que aparte de la presentación y el aval, piden unas características físicas en las que todos y todas deben tener una buena forma física. Para mí, después de haberlos tratado, estos son unos verdaderos hipócritas. Y luego están los de nivel muy alto, en el que se mueven empresarios, famosos, deportistas, suelen ser fiestas muy privadas y aquí es más complicado entrar, pero no imposible.
He conocido los tres tipos de ambiente y voy a comentar un relato con cada experiencia vivida en cada tipo de ambiente, y comenzaré por el último tipo de ambiente con la asistencia a una fiesta que luego la montamos por otro lado y mil veces más a gusto.
Conocí a Joao el día de su cumpleaños en un Sala o Club Nocturno de la Zona de Santiago Bernabeú. Delphi, trabajaba conmigo en la oficina que teníamos en Tirso de Molina. Delphi, cubana, una chica muy dicharachera, un culo inquieto y un motor sin fin en su cabeza que no dejaba de maquinar. Un encanto de chica, de las que donde van, siempre hay alguien que la conoce. El trabajo en la agencia lo compaginaba como fotógrafa reportera de la revista Penthouse. Lo que se de ella es que le salió un contrato en Miami y se fue para esas tierras.
Una tarde de jueves, Delphi me dijo que, si podía salir una hora antes, no podía poner oposición porque casi siempre trabajaba fuera como comercial y sabía organizar su tiempo.
Me comenta que es el cumpleaños de un amigo también cubano, jefe de relaciones públicas de una importante Sala de Fiestas y CEO & Productor de varios grupos cubanos importantes de la época.
Me gustó la idea y más porque podría encontrar una entrada al mundo de la noche y la fiesta de la ciudad.
Quedamos a las nueve de la noche en una cafetería cerca del local y así entrar juntos, porque yo no conocía nada. La Sala a día de hoy sigue con el mismo nombre y por discreción vamos a omitir. Nada más llegar, dos porteros armarios roperos, rápidamente nos cortaron el paso hasta que se fijaron en Delphi, le dieron dos besos, preguntaron por mí y nos dejaron pasar.
Entramos en la Sala, la decoración moderna con juegos de luces morados, rosas y azules, varias barras, zona baile y apartados VIP.
Joao fue el que se acercó a nosotros, saludo muy emotivo a Delphi y después a mí, me sorprendió porque me llamó por mi nombre y eso es buena señal, después de hablar a la tarde con Delphi para decirle que iríamos, le interesó que yo fuera empresario de turismo
La noche fue muy agradable, comida cubana servida en bandeja por camareros y música en directo. Lo pasamos muy bien, hablé varios temas con él, dentro de lo que nos dejaban y para las doce de la noche yo me retiraba, al día siguiente tenía que trabajar a las nueve de la mañana.
El viernes a medio día me sorprendió la llamada de Joao que me daba las gracias por acudir a la fiesta y me invitaba a comer. No tenía previsto volver a mi ciudad ese fin de semana, terminando la mañana, quedaba libre hasta el lunes, así que acepte.
Para las dos estaba fuera de la oficina y me fui hacia el restaurante donde habíamos quedado, un restaurante típico de Madrid en el barrio de La Latina que me quedaba a unos diez minutos andando.
Llegué yo primero y a los cinco minutos llegaba Joao.
La comida fue, una pasada, cocido madrileño, muy interesante y potente la propuesta. Joao, era mánager de grupos cubanos y necesitaba ayuda con los trámites consulares, vuelos y alojamientos, Quedamos para otra ocasión en mi oficina y ver cómo trabajar el proyecto.
Hablamos de la noche de Madrid, yo a mediados de los años 80 tuve mis primeros contactos, pero estaba muy desfasado, antes de comentar mis avances en los últimos meses, preferí dejar que él me pusiera al día de la noche madrileña. Joao era muy activo y le gustaba estar en toda la salsa que generará dinero. Estar como CEO en la discoteca, le abría muchas puertas y contactos importantes, tanto que gente de mucho nivel le solicitaba organizar fiestas privadas, chicas que asistieran a fiestas y de todo un poco. Por lo general, las fiestas se realizaban en chalets de famosos. Como congeniamos bien, comenté mi trayectoria con el mundo liberal y salió el tema de algunos grupos que conocía y les podía interesar mucho, él no se metió hacer nada por desconocimiento del ambiente, pero si yo quería, podíamos probar y si funcionaba saldría una buena pasta. Estamos hablando de primeros de los años dos mil y aún la gente del mundillo liberal estaba despegando.
Un almuerzo muy interesante y productivo. No se quedaba ahí la cosa. Me invitó esa noche a una fiesta de unos conocidos, asistiría gente que podía interesarme mucho para organizar cosas. Quedamos en la sala a las 8 y que fuera puntual porque de ahí nos iríamos a otro lugar que no me podía decir, que me arreglaría bien para la ocasión.
Antes de volver a casa me pase por la calle Preciados. En una tienda de ropa de hombre compré una camisa blanca de Balenciaga que por suerte no me salió cara, 150€ y unos pantalones de lino color crema que me quedaban bien y un poco más económicos, también pasé por la perfumería y compré un perfume que me gusta y uso bastante, Cacharel four L Homme.
Me fui a casa para arreglarme y a la hora acordada nos encontramos en la sala, me presentó a seis chicas que vendrían con nosotros, todas ellas muy guapas y vestidas para fiesta de noche. Montamos en un monovolumen y emprendimos camino. Las chicas entre ellas comentaban de líos y conocidos, de quién se suponía que estaría esa noche y de algún ligue ocasional. Por lo que pude escuchar, varios famosillos estarían esa noche.
Salíamos de Madrid dirección sur pero no me quedaba claro hacia el destino, en menos de una hora, llegamos a la entrada de una finca y páramos a solicitud de unos guardas de seguridad. Joao les mostró algo en la pantalla del móvil, supongo que una invitación y nos dejaron seguir. Varios coches aparcados junto a una casa grande y moderna, se escuchaba bullicio de gente desde el interior. Entramos y había algo más de cien personas, reconocí caras de la televisión y algún futbolista, que me sonaba la cara, porque no sigo el deporte.
Las chicas se perdieron rápido, no era la primera vez que asistían a fiestas así. Yo no conocía a nadie así que me dejé llevar por mi acompañante. Tomamos dos cervezas de la bandeja de un camarero, estábamos hablando de cómo veíamos la fiesta cuando se nos acercó un tío de unos 45 años, bien vestido, saludo directamente a Joao y seguido este me presento. Miguel era el organizador de la fiesta y aunque aparentemente tranquilo, la verdad que estaba como un flan. Joao, por favor dime qué el grupo no tiene problemas y viene. Joao le respondía que trankis, quedamos que llegaban a las once, todo el equipo está aquí montado desde la tarde. Solo fueron a cenar y en nada están tocando. Pregunte que grupo y me dijo, una sorpresa.
Se acercaba la hora y la música fue cambiando, el House de la fiesta se apagaba y suavemente daba entrada a música cubana aún que el grupo aún no estaba en el escenario y creí reconocer esa voz que cantaba.
¿Esa es la voz de Yotuel Romero? ¿No me jodas, que trajiste a los Orishas??
¡Si! ¿Forman parte de nuestro catálogo y aquí comienzan la gira europea?!
Conocí a Yotuel, en La Habana un par de años atrás en una fiesta cubana en el Habana Café del Meliá Cohíba y me lo presentó el ministro de turismo.
La fiesta se iba animando y fui conociendo a gente muy interesante, sobre todo empresarios y algún famosillo. No me preocupé mucho de relacionarme con futbolistas, bastante ocupados atendiendo a chicas guapas y alguna cara conocida de los reality de tele5.
A mí me interesaban las personas que me podían abrir alguna puerta. Como ya me defendía bien, Joao me dejó solo y se fue atender las necesidades de la fiesta y del grupo.
Antes de irse, me presentó a un empresario de Humanes Madrid, dueño de una conocida discoteca en la que hacía muchos conciertos y un hotel. Era una de las personas sobre las que habíamos hablado en la comida, Joao le comento un poco sobre mí, lo que preparaba en algunos locales, lo vio como un buen punto para atraer parejas hacia el hotel con fiestas temáticas. Al contrario que la discoteca, el hotel funcionaba flojo y quería darle un ambiente diferente. En esta conversación acababa de firmar una entrada de fiestas privadas a gran escala en Madrid. Quedamos para reunirnos la siguiente semana para cuadrar todo.
Mi trabajo por esa noche ya lo había aprobado, pero no fue lo último. Joao vino a buscarme con un conocido suyo para presentármelo y hablar con él. Era el dueño de un Club Liberal que se encontraba en una villa a las afueras de Madrid. Conversando hicimos buen feeling y a eso de la una de la mañana, nos fuimos invitados a conocer su local, dejando atrás una fiesta de paripé, postureo y muchos intereses.
No tardamos mucho en llegar o por lo menos eso me pareció a mí, aparcamos el coche y en la puerta los dos guardas al reconocer a su jefe entre nosotros, nos dieron las buenas noches y las novedades a su jefe de cómo estaba el local. Entramos de seguido a una sala VIP, para ello cruzamos la sala principal donde estaba la gente y la barra de bar. Había buen ambiente, era un local grande. La sala VIP tenía una capacidad como para quince personas, sofás grandes y muy amplios en negro, una mesa nevera, iluminada y con bebidas a disposición. La pared tenía una cristalera desde la que se podía ver el ambiente de fuera, pero de fuera solo se veía un gran espejo, era curioso porque varias personas se miraban en el sin saber que del otro lado eran vistas. Estábamos los tres hablando y tomando una copa cuando nuestro anfitrión llamó por teléfono preguntando por una persona y que vendría. A los pocos minutos entró una chica atractiva y muy simpática con todos.
¡Os presento a Hanna, nuestra relaciones públicas.! La consultó sobre clientes que estaban esa noche en la sala. Comentó con ella y Hanna con una sonrisa se despidió de nosotros con un, hasta ahora chicos. Nuestro anfitrión en ese momento nos comentó que se había informado de las chicas habituales que vienen solas y que Hanna preguntará si les apetecía estar en fiesta privada con unos amigos, nos dejó claro que ninguna eran profesionales de la noche ni cobraban nada, clientas del ambiente que les gusta las fiestas y vienen casi siempre solas.
Al rato, de nuevo entraba Hanna acompañada de un grupo de cuatro chicas, todas muy guapas. Nos levantamos, Joao y yo nos presentamos, nuestro anfitrión no hizo falta presentarse y saludo a todas con dos besos y algo de charla. Tres de las chicas eran morenas y una rubia, está última era la más alta y un poco más delgada que las demás. He de decir que a diferencia de las chicas que anteriormente nos acompañaron a la fiesta, que todas parecían salidas de una revista de modelos, estás cuatro chicas eran de lo más normal y terrestre, muy atractivas, todo el mundo se prepara y viste muy sexy a conciencia para asistir a locales de ambiente.
Como en cada relato suelo detallar la ropa con la se viste; ¿y por qué me fijo tanto y lo recuerdo?, pues porque en su momento fui diseñador de ropa y algo se queda. Dos chicas morenas vestían en negro vestidos de fiesta en tela elástica y ajustados, estilo muy casual que se encuentras en tiendas tipo Bershka, otra una minifalda morada cruzada de satén y una blusa del mismo color y la chica rubia un vestido de fiesta con escote pronunciado en forma de V y largo de pliegue abierto. No se notó tensión por parte de nadie por lo que pronto todo se relajó y tuvimos un buen ambiente de risas, coqueteos y picardías. He de reconocer que, de todos, el guapo y resultón era Joao así que todas le hacían ojitos y tiraban algún comentario picantillo, pero bueno, no nos quedamos desplazados en ningún momento.
La noche se fue animando. A ratos bailando y jugando, algún morreo que otro llevó a calentar mucho el ambiente y terminamos todos juntos y muy revueltos.
Patricia, una de las chicas morenas, estaba jugando conmigo. A cada movimiento de baile aproximaba más su cuerpo al mío. Su mirada viciosa cada vez me ponía más cachondo, no lo dude mucho y me lancé a besarla. Ella tomó impulso y su lengua abrió camino entre mis labios en un prolongado morreo que fue aumentando de intensidad mientras me despojaba de mi camisa. Sus manos recorrían mi pecho hasta llegar a perderse por el lado interior trasero de mi pantalón, llegando a agarrar las nalgas de mi culo para terminar presentándome a sus queridas uñas que noté como un dolor de fuego ardiente al clavarlas en mi trasero. La gata quería guerra. Sin darle tiempo a repetir la acción coloqué mis manos sobre las suyas las tomé y levanté hacia mi cuello. Me había hecho daño la agresiva clavada. Su boca entró en batalla y tomó mi cuello como campo de juego, su boca mordía mi cuello mientras sus caderas se juntaron a mí, buscando la cercanía de mi sexo. Estaba muy salvaje, una máquina sexual en activo. Mis manos entrando por el escote del vestido, recorrían el camino hasta los hombros dejando caer el negro vestido, poco a poco fue apareciendo la figura oculta de su cuerpo. Me miraba con deseo mientras yo me despojaba del pantalón, ella se arrodilló delante de mí y con las manos fue retirando el bóxer. El sentir la humedad de la boca de Patricia tomando mi pene, me hizo contraerme de placer.
Era una gozada verla de rodillas haciéndome una felación, notar como su boca succionaba mi sexo mientras sus dedos exploraban mi cuerpo, tomaba los testículos y los manoseaba como una bolsa de canicas. La otra mano exploraba mi trasero agarrando con fuerza mi nalga.
Pero ahora yo quería más, la obligué a levantarse y la tumbé sobre uno de los anchos sofás que quedaba solo para nosotros, arrancando el solitario tanga dejándola completamente desnuda, mi mano se abrió camino hasta localizar el clítoris, mi boca y mi lengua se encargaron de presentarse. Yo creo que se llevaron hasta bien porque Patricia no dejaba de gemir y retorcerse hasta que un orgasmo hizo presencia. Tomó de mi pelo y me llevó hacia su cara para comer mi boca, con la otra mano cogió mi pene, lo colocó a la entrada de su coño mientras sus piernas hacían una pinza a mi cintura y marcaban el ritmo con el que arrancar.
Despacio, sintiendo como los pliegues de sus labios vaginales acogían mi polla, me fui metiendo hasta la cocina. Ella al sentirlo, empezó a mover sus caderas en busca del placer mutuo, acelerando poco a poco sus movimientos. Era una experta en lo que hacía y demostraba que lo disfrutaba. La cambié de postura poniéndola a cuatro patas, me agarré a sus pechos y con la polla muy dura me introduje dentro de ella retomando mis embestidas. Estaba en mis manos y ahora era yo quien marcaba el juego. Una de mis manos acaricio su boca, introduciendo varios dedos y una vez mojados, partieron a descubrir nuevas zonas de su cuerpo. Mi mano, exploraba su culo y un dedo tomaba la osadía de querer conocer su ano, se animó a dar pequeños movimientos sobre el hasta que ya relajado dejó entrar al invitado, lo hice muy despacio y suave para que no sintiera dolor.
¿Te gusta?.. dije mientras proseguía con mis maniobras exploratorias.
¡Sí!.. con la voz entrecortada por la excitación ¡Sigue, me encanta!
Todo en ella me pedía que la penetrara, su mirada, sus ojos, su boca, su culo.
¡Por favor!― me gritó pidiéndome que la penetrara.
Muy despacio, de forma lenta fui introduciéndome en su oscura cueva, un movimiento continuo que no paró hasta que la llenó por completo. Patricia, al sentir que la polla penetraba su culo, comenzó a mover sus caderas retorciéndose como una serpiente, buscando incrementar su placer. Gimió al percibir como mi pene se deslizaba dentro de ella incrementando los embistes y gritó desesperada al llegar un nuevo orgasmo cuando mis huevos golpearon su cuerpo, momento que relajé el ritmo dando un tiempo de recuperación.
Volví a recomenzar mis penetraciones, sintiendo como toda mi extensión recorría su ano, sus caderas se acomodaron siguiendo el ritmo marcado por mis manos sobre su trasero en perfecta armonía.
Patricia, apoyó su cabeza contra el respaldo del sofá, cuando desde su interior como si fuera un latigazo su cuerpo empezó a convulsionar de placer y derramándose en un torrente de líquido que recorrió sus muslos, cayó agotada sobre el sofá, dándose la vuelta, mientras yo encima de ella, proseguí introduciendo mi pene en su coño, excitado por sus gemidos. Patricia me besó dejando que mi lengua se introdujera en su boca, en un intenso morreo.
Seguido tomó mi polla para su boca que recibía pequeños mordisquitos acelerando mi excitación. Cuando expulsé mi semen, su lengua disfrutó de su sabor y ansiosa, dos manos tomaron mi polla para buscar la llegada de mi placer, comenzando a menearla con rapidez, mientras su boca estaba lista para recoger su premio. Sentí potentes contracciones, una fuerte descarga comenzó a salir de mi capullo y era devorada por ella. Fueron unos orgasmos brutales para los dos.
Todo ese tiempo Patricia y yo, habíamos estado fuera de la realidad y ni nos acordamos que teníamos más compañeros en la sala. Desnudos apoyados en el respaldo del sofá y con una copa en la mano, observamos a nuestro alrededor. Cada uno había llevado su propia iniciativa, dos de las chicas seguían jugando con Joao, la otra chica con el jefe tomando una copa tranquilos que por lo visto terminaron mucho antes.
Cuando mire la hora, eran ya las seis de la mañana. Nos despedimos de las chicas quedando para otra ocasión, tomaron un taxi y partieron. Nosotros estuvimos un rato más charlando. Hice amistad con el jefe y me propuso llevarle alguna fiesta, cosa que fuimos dando luz en los meses siguientes.
Joao y yo nos marchamos, había sido un día muy intenso. Esa noche conocí el mundo del dinero, fiestas de famosos, chicas que acuden como modelos buscando la fama o el lío con famosillo. Un mundo que volví a visitar algunas veces más.
Lo positivo, conocer a dos personas muy interesantes con las que hice algunos buenos negocios y disfrutamos de una fiesta privada con unas encantadoras chicas.
Madrid, si te dejas llevar… Te sorprenderá.
*******************
«Ya son unos cuantos relatos que voy subiendo, en poco tiempo me animé a retomarlos y fui añadiendo varios que tenía aparcados de unos cuantos que aún tengo en borrador. Tengo que agradecérselo a una encantadora amiga que ha leído todos los posts y le encantó está locura de vida que he llevado. Me encanta comentarlos contigo, ampliar detalles, hablar sin tapujos, sin filtro, como dos amigos. Gracias amiga, te daría muchos besos por cada relato leído (donde tú qui..😮)»
“Los comentarios están desactivados para evitar SPAM. Si deseas dejarme algún comentario utiliza el formulario de contacto.”