Active en el móvil la aplicación Spotify, seguido el receptor AVR Onkyo y de inmediato se conectó mi móvil por Bluetooth, “I Wanna Hear Your Heartbeat” de los Bad Boys Blue comenzó a sonar por los altavoces de la casa, disfrutar por un rato de buena música entre tanto petardeo que se escucha por todos lados es como encontrar un oasis en el desierto.
Me tome una hora para afeitarme, darme una ducha y elegí la ropa que me iba a poner esa noche, hacía calor así que opte por una camisa color azul oscuro de manga corta y un vaquero oscuro a juego.
Eran las nueve de la noche cuando sonó mi móvil, como esperaba era Ainhoa, quedamos para cenar en un restaurante mexicano a las diez en el bar del restaurante y llegaría en taxi.
Diez minutos antes de las diez yo había aparcado ya y estaba en la barra esperando con una copa de vino. Fue puntual, pasaban dos minutos de la hora y Ainhoa entraba por la puerta, venia muy guapa, acostumbrado a verla todos los días con la ropa del curro me gusto verla así.
Ainhoa tenía unas curvas marcadas y estilo Pin Up con el que venía le quedaba genial, el pelo negro ondulado con un pequeño recogido estilo años cincuenta, un top granate oscuro de lunares blanco marcando un buen escotazo, un cinturón ancho negro y una falda de vuelo hasta las rodillas negra.
¡Hola cielo, estas muy guapísima!
…¡Gracias! ¿Te gusta el look?
¡Me encanta, estas super sexy! ¡El cambio es brutal!
La camarera se acercó y nos comunicó que la mesa estaba lista, fuimos detrás de ella hasta una mesa que estaba situada al fondo de la sala, había bastante gente, muchos eran del primer turno y ya estaban terminando.
Pedimos para los dos unos nachos con pollo y una tabla de tacos variados, de beber unas cervezas coronitas.
La cena trascurrió bien y bastante divertida, Ainhoa era una tía parlanchina y graciosa, poco a poco la sala se fue vaciando hasta quedar apenas tres mesas ocupadas. Terminamos con unos chupitos y decidimos ir a tomar una copa a un Pub conocido con música de los 80 y con sofás muy cómodos.
Montamos en mi coche y nos dirigimos al centro, Ainhoa que ya estaba bastante movida entre risas se giró hacia mí, me puso la mano en la bragueta buscado jugar.
…¡Como esta hoy este juguete! ¡mmm! ¿me dejas que me la coma un poquito como postre?
No hizo falta decir nada, ella misma se sirvió. Abrió la bragueta y busco su juguete, y una vez fuera se la metió en la boca como una piruleta. Durante el recorrido hasta llegar al aparcamiento junto al Pub fue chupando su piruleta sin levantar un momento la cabeza de mi entrepierna.
¡Bueno cielo deja algo para después que hemos llegado!
Ainhoa se incorporó poniendo una cara de niña cabreada cuando le quitan su juguete. Entramos en el Pub, no estaba muy lleno, sacamos unas cervezas y pudimos pillar una mesa apartada y discreta.
Ainhoa tenía mucha confianza conmigo y no ponía tabús en las conversaciones, se podía hablar de todo sin problemas, algo que me gustaba y que calentaba la noche.
…¡Me encanto anoche, hacía tiempo que no echaba un buen polvo! ¡Me pusiste como una moto!
…¿Quieres que te enseñe una cosita? Tomo mi mano y se la metió por debajo de la falda, pude notar que debajo no tenía nada puesto y su coñito estaba totalmente libre, al tocarlo estaba húmedo.
¡Que rico, esta mojadito! Con dos de mis dedos jugué un rato con su coñito.
…¡Estoy muy caliente y no sé si me voy a lanzar a follarte cabrón!
¡Tranquila y disfruta del momento que ya tendrás tiempo!
Saque mi mano de debajo de su falda y lleve mis dedos a la boca de Ainhoa que los chupo con cara de pilla.
¡Vamos a tranquilizarnos un poquito y nos tomamos las cervezas!
Charlamos un rato mientras nos tomábamos las cervezas, lo que, si teníamos claro que esta cita era para pasarlo bien y no de pareja, ni para comenzar ninguna relación, teniendo eso claro los dos, nos llevó a tener muchas más citas y noches locas como buenos follamigos.
Take On Me del grupo a-ha sonaba a toda pastilla y el local estaba bastante petado, se había formado un buen ambiente. Llevábamos algo más de una hora muy a gusto entre risas y cervezas cuando Ainhoa se acercó a mi oreja y me susurro.
…¿Qué te parece si continuamos la fiesta en mi casa?
¡Me parece genial la idea!
Terminamos la cerveza y nos marchamos del local, diez minutos más tarde estábamos aparcando en frente de su casa.
Vivía sola en un apartamento en un barrio de las afueras bastante tranquilo y no de mucho movimiento.
El salón era estilo americano con la cocina abierta, me senté en el sofá mientras Ainhoa se acercaba al frigorífico en busca de unas cervezas, no era un salón muy grande al igual que el apartamento que disponía de otras dos habitaciones y un baño.
Ainhoa me paso una cerveza y con de mando de la tele sintonizo Kis FM que a esas horas de la noche tenía un amplio repertorio de música romántica y tranquila.
Subiéndose sobre mis piernas y con una cerveza en la mano, dio un buen trago y acerco su boca a la mía trasladando el líquido de su boca a la mía, nos besamos fundiéndonos en un largo morreo. Se retiró un poco hacia atrás diciéndome que volvía enseguida y que se iba a poner algo más cómoda.
Minutos más tarde aparecía en la entrada de la sala sin llegar a entrar, llevaba puesto un vestido fetiche de vinilo negro, el conjunto era todo de una pieza, corset con un buen marcaje de sus tetas terminando en una faldita corta de vuelo y zapatos de tacones altos negros de charol.
…¿Te apetece jugar conmigo? ¡A mí me gustaría ser tu juguete!
Con la mano me indicaba que la siguiera, a lo que respondí levantándome del sofá y acudiendo a su llamada. Entramos en una de las habitaciones, en ella tenía una cama muy baja y en ella algunos cojines, sobre ella varios juguetes sexuales, como vibradores de varios tamaños, plugs anales, bolas, arneses, cintas, alguna cuerda y un cepo BDSM, era una estructura de aluminio de tres tubos sobre el suelo en forma de H con dos muñequeras con cierres a un lado y dos tobilleras con cierres al otro y sobre uno de los lados otra barra en vertical terminado en un collar ancho de cuero. No sé, creo que el ambiente es un tren se cruza muchas veces por mi vía.
¡Me tenías engañado, no sabía esta faceta tuya!
…¡Me encanta que me dominen, es mí vicio y desde que deje con mi novio hace meses no había vuelto a sacar mis juguetes!
…¡Quiero ser tu juguete y que disfrutes de mí!
He de confesar que la situación me puso como una moto y me gustaba como se estaba desarrollando la noche.
Ainhoa se acercó a mí, me dio un beso desabrochándome la camisa me dijo…
…¿qué te apetece hacerme?
Hacía tiempo que no tenía una sesión fetiche y tarde un rato en centrarme en el juego.
Lo primero fue desnudarme por completo, tomándola del pelo y la puse de rodillas frente mí.
¡Comete mi polla como una buena profesional!
El día anterior ya me había dejado claro que sabía hacerlo muy bien y me apetecía que lo repitiera de nuevo.
Ainhoa con su lengua comenzó jugando a lo largo de mi pene llegando hasta mis testículos, se los iba metiendo en la boca y los chupaba volviendo a subir por el pene hasta el glande con el que se entretuvo dando pequeñas lamidas hasta comenzar a meterse la polla en la boca, poco a poco ya la tenía toda dentro.
¡Me encanta como la comes! ¡Más fuerte, vamos!
Al poco tuve que separar su cabeza de mi al notar que estaba a punto de correrme, la tumbé sobre la mesa cara a mí quedando a mi vista el tanga de licra negro,
Con una mano lo arranqué de un tirón y comencé a frotar su coño que ya estaba muy húmedo. Fui introduciendo mis dedos y el coño se iba abriendo cada vez más hasta que la pude introducir varios. El coño no dejaba de soltar flujo así que decidí cambiar mi mano por un vibrador y viendo lo grande y abierto que estaba tomé una polla de goma muy gruesa y la penetré con ella, al notar el pollón entrando en su coño respondiendo con un grito de placer. Estuve fallándola con la gruesa polla de goma durante un buen rato hasta que decidí cambiar de juego.
Teníamos el cepo así que me decidí a utilizarlo colocándola a cuatro patas, sujeté sus muñecas y tobillos con las sujeciones y el collar de cuero sujetando su cabeza. No la desnude, me daba más morbo tenerla vestida, lo único baje un poco el corset dejando sus grandes tetas al descubierto, así quedaban libres para poder sobarlas cuando me apeteciera.
En esa posición su culo quedaba a total disposición para hacer con él lo que me apeteciera así que tomé unos plugs dilatadores y un tubo de lubricante, comencé con el más pequeño, desparramé sobre él un poco de lubricante y comencé a penetrar su ano que a diferencia del coño este estaba bien cerrado. La sensación le gustaba, lo manifestaba pidiendo más e inclinándose hacia atrás, pase del pequeño a dos medidas más grande y este lo noto al introducírselo soltando un grito de dolor y desaprobación pero pedía que continuase, sin esperar mucho tomé otro más grande, lo lubrique bien y sacando suavemente el que tenía dentro del culo, metí el más grande obligando a abrirse rápidamente, el ano al estar lubricado se dilato rápido pero la sensación de desgarrarse se notó en el grito de Ainhoa, que me pidió que por favor no parase.
Agarrando una fusta con terminación de flecos de cuero fui soltando suaves azotes sobre su culo desnudo, le gustaba y no tardo en pedirme que fueran más fuertes, no sabía hasta cuanto soportaría así que fui aumentando la fuerza hasta que consideré que era suficiente, su trasero estaba marcado en rojo por los acotes, tomando un aceite corporal desparrame un buen corro sobre él y con mi mano fui acariciándolo suavemente un buen rato para aliviarlo.
Deje que descansara y se relajara un rato, pero sin soltarla, me coloque delante y tomando su melena con mi mano alce su cara hacia mí.
¡Te voy a refrescar ese calor que tienes guarra!
Colocando mi polla por encima de su cara comencé a orinar sobre su cara, al notar mis primeras gotas golpeando la cara abrió la boca y seguido mi chorro la llenaba por completo rebosando a los lados, al terminar, tomando una toalla la limpié bien.
Estaba muy salido y me apetecía un buen polvo, situándome detrás de ella, saqué el plugs que aún tenía metido en el ano y fui introduciendo mi polla en su lugar, Ainhoa volvía a soltar pequeños gritos de placer al ritmo de mis movimientos cuando notaba mi cuerpo golpear su buen trasero, su cuerpo era fantástico, algo gordita y daba mucho juego, sus tetas grandes bailaban con los movimientos y las agarre fuerte con mis manos, era un gustazo masajearlas.
Estaba tan caliente que terminé por correrme dentro de su culo, sin dejar que la erección cayera salí del culo y rápidamente metí la polla en su boca.
¡Límpiala bien cerdita mía, es un premio para ti!
…¡Me encanta!
Soltando las ataduras la puse de pie desnudándola por completo.
¡Ahora quiero relajarme un rato, así que me voy a tumbar y te doy libertad para chupar, acariciar o besar mi cuerpo!
…¡Tus deseos son mi postre!
Me deje caer sobre los cojines y Ainhoa comenzó darme mordisquitos, a besarme, comer mis pezones, mi polla. No sé cuánto tiempo paso porque casi me quedo dormido de placer, me espabilé al notar que Ainhoa se colocaba sobre mí y se estaba introduciendo mi polla en su coño, me dejé hacer y ésta me fue follando lentamente, poco a poco los movimientos fueron a más, Ainhoa soltaba pequeños gritos de placer, se contraía y daba fuertes espasmos al notar la llegada de un orgasmo tras otro, hasta que termino por caer sobre mí comiéndome la boca. Tras un rato de relax, me pidió si nos íbamos a la cama a dormir.
Esa noche la terminamos en su cama, como me había comentado por la mañana tenía fiesta así que nos dormimos tranquilamente hasta casi medio día.
Ainhoa y yo seguimos siendo amigos, hemos tenido muchas noches como esa que volveré a relatar.
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