13. Encuentros en la ciudad

La vida es muy tranquila en mi pequeña ciudad, fue un respiro poder dejar atrás el ajetreo de Madrid lleno de gente, tráfico, el metro. Es un descanso poder volver a la tranquilidad de mí casa. Allí viví divertidos y muy buenos momentos, conocí mucha gente e hice buenos amigos, pero reconozco que en mi ciudad vivo mejor.

Estábamos tomando unas cervezas en un típico bar del Casco Viejo cuando un chico que acababa de entrar se acercó a saludar a mi amigo Javier, era un compañero de trabajo con el que se llevaba muy bien, me lo presento y se unió al grupo.

Santy, muy majete y daba muy buen rollo hablar con él. Aparte de su trabajo en una conocida factoría de automóviles, también tocaba en un grupo local y bastante conocido a nivel nacional, una ciudad pequeña es un pueblo grande y al final todos estamos conectados por unos u otros amigos, lugares, trabajos o ambientes y aunque hasta ese día no nos conocíamos teníamos mucho recorrido en común.

Después de un buen rato muy a gusto hablando de lugares por los que había estado con los conciertos la conversación nos llevó hablar del ambiente liberal de Madrid y por locales que había pasado con su novia en alguna ocasión coincidiendo con algún concierto de su grupo en la capital.

Nunca lo he ocultado y como para mí lo veo normal hablar de ello, en la conversación salió que regenté y monté fiestas en varios locales, algo que le creo una buena confianza y conexión conmigo, relajarse y poder hablar de sus experiencias en el ambiente, fue una noche muy agradable en la que hice un interesante amigo.

Había pasado ya una semana cuando a eso de las cuatro de la tarde me sonó el móvil, era Santy y me proponía quedar a tomar algo esa tarde de viernes, no tenía nada previsto así que me pareció bien y quedamos para las ocho en una terraza.

Habíamos hecho buen filing y me apetecía volver a encontrarme con él.

Llegué puntual y al acercarme a la terraza Santi levanto la mano para indicarme donde estaba, junto a él una chica pelirroja que, aunque no conocía, por la descripción que me había comentado anteriormente supuse que era su novia y al acercarme nos presentó, se llamaba Esther, la verdad que me sorprendió que estuvieran los dos ya que no me había comentado nada en la llamada.

Hablamos durante un buen rato disfrutando de unas cervezas. Esther, al corriente sobre nuestro encuentro anterior se encontraba cómoda en la conversación. Una ciudad pequeña lleva a que la discreción sea la regla principal en el ambiente liberal y cuando te encuentras con personas afines las conversaciones son más desinhibidas.

Hablamos de sus encuentros con otras personas, lo bueno y malo de todo lo que te encuentras, les gustaba el ambiente, pero dado que Santi era muy conocido lo tenían que llevar con más discreción añadida y su círculo era nulo en la ciudad, así que conocerme fue un subidón de adrenalina para ellos.

Para que conocieran gente de la zona les propuse poder montar una fiesta privada con parejas seleccionadas, podía ser interesante y les gusto la idea, sobre todo a Esther que se puso en plan traviesa con los comentarios rompiendo el poco hielo que en ese momento podíamos tener.

Pasadas unas horas, nos animamos a cenar juntos en una pizzería cercana y tras la cena nos fuimos a un pub cercano que es fantástico para tomarse unas copas en plan tranquilo y con zonas reservadas muy discretas.

No había mucha gente y pudimos ocupar un sofá un poco apartado, Esther se sentó entre los dos, llevábamos ya un buen rato charlando muy a gusto, la luz tenue, el gin tonic y la discreción del sitio hizo que el ambiente se fuera calentando. Vestía un vestido de tela fina color negro, se encontraba cómoda y comenzó a jugar besando a Santy, en ese momento yo estaba dando un trago a mi copa cuando noté su mano sobre mi pierna al mismo tiempo que besaba a Santy, el siguiente beso fue para mí, besaba bien y jugaba mucho con la lengua, tomó mi mano llevándola a su entrepierna, sin nada de por medio noté la suavidad de su depilado coño, húmedo y sensible al roce de mis dedos, con mi dedo corazón dibujaba círculos sobre el clítoris mientras los demás dedos se asentaban a los lados del mojado coño, en poco, las piernas daban varias contracciones llenando mis dedos de humedad, la mano de Santy se unió al juego y durante un buen rato fuimos intercambiando la boca de Esther.

La situación nos puso muy calientes a los tres, al cabo de un rato paramos para beber y relajarnos un poco. Esther comento algo al oído de Santy y esté asentó con la cabeza, se acercó a mi oído y me susurro, «voy al servicio, sígueme».

Se levantó ajustando el vestido y caminó hacia el servicio que estaba cerca de nuestra mesa.

Una pequeña sala común que se dividía en dos, el servicio de mujeres tenía tres puertas más, Esther entro primero en una de ellas y me hizo un gesto de sígueme con la mano. Era poco espacio, Esther me tenía contra la pared y sin dejar de morrearme fue soltando mi pantalón, su mano tomó con ansia mi polla erecta y los movimientos fueron cada vez más intensos, en un momento se arrodillo y como si dé un helado se tratase lentamente fue metiéndose la polla en la boca, en poco los movimientos de su cabeza fueron algo más agresivos, por momentos se la metía completa hasta la garganta y con toda la polla dentro aguantaba unos segundos, al retirarse hacia atrás, la saliva se desprendía por sus labios en la convulsión de una arcada. Fue relajando un poco el ritmo, el roce de sus dientes sobre el capullo de mi pene me producían pequeños latigazos por la sensibilidad, Esther lo veía y optaba por dar pequeños mordiscos, al cabo de un rato de juegos mi polla no aguantaba más y un chorro de leche lleno su boca que trago hasta la última gota, seguido su lengua fue limpiando todo el capullo.  ..»¿Te ha gustado el aperitivo?» Me dijo mirándome con cara de viciosilla.

Volvimos a la mesa y Santi con la copa en la mano nos lanzó una sonrisa, Esther le sonrió.

Tomando un par de copas más, serían pasadas las doce cuanto nos levantamos. La noche no había terminado aun y nos fuimos a casa de Santy a continuar la fiesta.

El apartamento no era muy grande, Santy vivía solo, los dos estaban en los cuarenta, Esther era hija única y vivía con su madre ya mayor y los fines de semana dormía en el apartamento con su novio.

Se notaba el toque de Santy, algún cartel de conciertos del grupo, una guitarra en la pared y bastantes discos. Nos sentamos en el sofá y Esther se fue al baño, momento en el que charlamos los dos, Santy me comento de jugar dejando que fuera ella la que marcara el ritmo y dominara la situación, que no se cortaría en nada marcando el ritmo. sin problema le respondí. A la vuelta Esther volvía con unas cervezas para todos. Se sentó en una pequeña butaca quedando enfrente de los dos, estaba muy parlanchina y divertida, de fondo música tranquila y agradable, la conversación fue poniéndose más caliente y Esther propuso ver unos videos de ellos en plena acción, así que se levantó conectando la televisión a la que colocó un USB.

Primeras imágenes de unos previos que nos pusieron a todos muy calientes. Esther se levantó del sitio, se desnudó por completo y pidió sentarse entre los dos, allí se colocó más tumbada que sentada abriendo las piernas, tomó la mano a cada uno y se las llevó al coño para que jugáramos con el mientras que disfrutábamos viéndola follando en la pantalla.

Como me había comentado Santy, Esther marcaba el ritmo y la verdad que lo llevaba bien, sabía lo que quería hacer, Santy se puso delante de ella llevando su cabeza a la entrepierna, mientras este la comía el coño, yo me puse a chupar el pezón de un pecho mientras con la mano masajeaba el otro, al poco estábamos todos sin ropa, los dos de pie frente a ella, con las dos pollas en la boca y masajeando con cada mano los testículos de ambos.

Le encantaba tener dominadas las pollas y daba cuenta de ello, las succiones de su boca, unas veces con las dos pollas y otras alternando de una a la otra.

Esther colocándose a cuatro patas chupaba mi polla pidiendo la penetración de Santy, éste se colocó detrás dando los primeros empujones a su trasero, no se tardó mucho en escuchar los gemidos de ésta pidiendo más, al poco Santy se hecho hacia atrás, momento que Esther se puso en pie, pidió tumbarse a Santy colocándose encima de éste y con la mano tomo su polla, la llevo al coño comenzando a cabalgar sobre él, mojo dos dedos en la boca de Santy y humedecidos los llevo a su ano pidiéndome que la penetrara.

Tomé un poco de lubricante que esparcí por mi polla para que la penetración fuera más suave, no solo por ella, por mí también que podía destrozarme la polla.

Esther se inclinó hacia Santy dejando el culo a mi vista, acerqué mi polla a su ano y comencé a penetrarla, estaba muy mojada lo que hizo que la penetración fuese fácil. Yo la follaba, pero ella marcaba el movimiento que cada vez era más fuerte. Con las dos pollas penetrándola, los gemidos cada vez se hacían más intensos. Cambiamos varias posturas, unas veces yo la follaba mientras comía la polla de Santy y otras intercambiábamos papeles, así estuvimos un buen rato.

Santy estaba follando el culo de Esther cuando termino por correrse mientras ella tragaba mi polla, Santy se dejaba caer en el sofá para recuperarse, yo me tumbe en el suelo y Esther tomando mi polla la llevo a su coño comenzando un ritmo circular con la cadera, los movimientos fueron cada vez a más hasta que comenzó a contraerse al notar el fuerte orgasmo, la contracción apretaba con fuerza mi polla, Esther se relajó un poco, momento que aproveché para colocarla a cuatro patas y colocarme detrás de ella, la penetre el coño dando fuertes impactos a su trasero, ya no pude aguantar más y llego una fuerte corrida, dejándome caer hacia atrás Esther se dio la vuelta y con las manos retiro el condón llevándose la polla a la boca, mi polla estaba muy sensible y sentir su boca era toda una descarga para mí.

Ya era tarde cuando me despedí de la pareja. En días posteriores fuimos hablando para preparar la fiesta privada y en algo menos de un mes teníamos todo preparado.

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