9. José y Marta

Los viernes por la tarde noche tengo por costumbre salir a tomar una cervecita a una terraza del barrio, me gusta juntarme con los amigos y charlar con unas cañas en la mesa.

Era finales de junio y esa tarde al llegar a la terraza dos de mis amigos Carlos y Sara ya estaban allí y con ellos estaba Jose, un chico que no conocía aunque vivía también en el barrio. Me lo presentaron y me senté junto a él, mantuvimos una conversación agradable en la que comentamos un poco de todo, mis amigos son liberales por lo que salieron temas sobre el ambiente. Por lo visto mi pareja de amigos ya habían tenido algún encuentro con Jose y la pareja de éste, Marta.

José era un tío muy majo y agradable, cuarenta y pocos años, moreno y cuerpo normal. Estuvimos charlando un buen rato, la cosa se animó y decidimos cenar algo dentro en la parte del restaurante.  José hizo una llamada a su pareja y Marta se juntó con nosotros en el restaurante media hora después. Marta, una chica morena, algo más joven que él, de unos treinta y cinco, un poco entrada en carne pero tenía un buen tipo, guapilla y atractiva.

Carlos y Sara como siempre en su línea, cachondos en cuanto tomaban dos copas, la jodida Sara se había sentado a mí a la derecha y no hacía más que meterme mano y echarse unas risas. Marta estaba sentada a la izquierda y Sara que era una lianta calentaba a Marta, está que no me conocía de nada se ponía colorada con los comentarios y las provocaciones de Sara. Las manos de Sara continuamente se perdían por mi bragueta y aunque se ponía colorada y reusaba, al final Marta termino perdiendo su mano por mi paquete.

La noche se fue calentando y acabamos en un local de ambiente tomando copas, donde las dos se desinhibieron del todo, os podéis imaginar que la cosa termino los cinco en bacanal total en un reservado.

Pasaron los días y un jueves por la tarde recibí una llamada de José, me propuso quedar, tomar algo y charlar un rato. Acepte y esa noche quedamos en un bar del centro.

Llegué al bar diez minutos antes, me gusta siempre ir con tiempo a todas las citas, pedí un refresco y para más tranquilidad me senté en una mesa un poco apartada de la barra que a esa hora estaba llena de gente, el bullicio se hacía notar y molestaba un poco.

A las nueve como habíamos quedado Jose entraba por la puerta del bar, le hice una seña y se acercó hasta la mesa.

… ¡Pido algo y me siento! Me comento.

Se pidió una caña y en unos minutos estaba ya sentado en la mesa.

Charlamos un buen rato, comentamos lo bien que se lo pasaron con nosotros la fiesta de la pasada noche. José tenía más confianza que el día anterior y me fue hablando de lo que ha ellos como pareja les ponía más.

Encuentros con otras parejas habían sido muy pocos, aunque les gustaba no era del todo lo habitual, los encuentros eran sexo y poco más, y para ellos se les quedaba algo pobre.

El club no hacía mucho que lo había cerrado y comentamos algunas de las propuestas, peticiones y fiestas privadas que organice en el local y en otros sitios.

A Sara le ponía el sexo más duro y lo que encontraban era todo muy light, no tenían experiencia en ello y buscaban asesorarse, un poco de ayuda.

La propuesta me gustaba y acepte reunirme con los dos en su casa el sábado siguiente y ver por donde comenzar, esta situación me sucedió muchas veces cuando dirigía los locales de intercambios

Llego el día, la tarde anterior José me llamo para confirmar la cita a lo que le respondí que allí estaría, me decía que Marta estaba muy nerviosa, emocionada y con ganas, llevaba unos días cachonda perdida esperando el sábado.

Eran las nueve de la noche cuando entraba en la casa, me recibieron los dos, Jose un abrazo y Marta me dio un par de besos, pasamos a una sala bastante maja, sofá grande en un lado y frente a este una televisión plana de 55”, en el resto de la sala los muebles de salón y una mesa que estaba apartada aun lado dejando mucha amplitud.

Me senté y José fue a la cocina a buscar unas cervezas. Marta sentada sobre una mesita frente a mí se quedó haciéndome compañía, estaba muy nerviosa, mucho más que él al que me lo encontré bastante cómodo con la situación. Marta vestía un vestido rojo ajustado de una pieza, medias negras, zapatos de punta rojos y como estaba sentada y las piernas semi cruzadas dejaba entrever ligueros rojos, estaba mi sexy y deseable. En los minutos que tardo en regresar Jose con las cervezas hable un poquito con ella, como ya me conocía estaba más confiada y se soltaba un poco más que el primer día.

Tal como estaba vestida me estaba poniendo a mil así que puse mi mano en su pierna derecha y apartando un poco de la otra, dejo a mi vista su entrepierna.

¡Tangita negra, me encanta lo que veo, que ganas tengo de quitártela de un bocado!

Marta se mordía el labio inferior y su cara comenzaba a reflejar deseo.

José se sentó junto a mí en el sofá y me paso una cerveza.

… ¿Qué te parece como esta hoy? Me pregunto. A lo que le respondí que estaba potente y muy morbosa.

Fuimos hablando de lo que les gustaba y lo que más le ponía a Marta. Como ejemplo me pusieron algunos videos cortos con escenas bastante fuertes. Pregunte a Marta si era consciente y buscaba algo parecido a las chicas de los videos y me respondió que lo estaba deseando y no le daba ningún miedo a ello.

¡Recuerda que es solo un juego de sexo y si te sientes incomoda paramos!

Como siempre me ha gustado, pacte unas formas de actuar y si ella veía que no aguantaba una palabra de señal para parar todo, comenzaría yo y José iría tomando el mando poco a poco. El BDSM me gusta, pero dentro de unos límites, nada de sangre, ni torturas, guarradas y menos daño corporal, dentro de esta práctica se puede disfrutar mucho del sexo en pareja y en grupo.

Llevábamos ya dos horas y el hielo estaba más que desecho con los videos y la conversación, le indique a Marta que se pusiera en pie y diera una vuelta ante nosotros para ver cómo estaba de buena.

¡Marta, a partir de ahora no quiero ni una sola palabra tuya! ¡José, olvídate de que es tu mujer, ahora es una zorra a la que vamos a dar mucha caña!

Yo venía ya preparado para la ocasión con una bolsa por si la necesitábamos, algunas cuerdas, esposas, tirantes y demás…

Me puse de pie, me acerque a Marta y la tome por la barbilla.

¡Te voy a tratar como la zorra que eres!  Y la di un morreo que termino con mi lengua recorriendo su cara.

Baje mis manos a su cintura y la gire bruscamente dejando su espalda a mi vista. De un tirón subí su vestido rojo dejando su precioso trasero al descubierto y quedando a la vista la tira de la tanguita negra entre sus apetecibles nalgas, las piernas cubiertas por medias negras y sujetas por ligas rojas. Con mi mano izquierda en su espalda y la derecha en la tripa, la lleve a inclinarse quedando en forma de L ante nosotros.

La vista era impresionante, su trasero ante nosotros pidiendo guerra. Un fuerte cachete salió de mi mano y al mismo tiempo el primero de muchos grititos de la boca de Marta. Mis dos manos jugaron con las nalgas masajeándolas como si fuera masa de pan, apretando y soltando, de la presión sus nalgas se iban tornando rojas.

¡Arranca el tanga de un tirón fuerte, no lo pienses!  José con fuerza obedeció y dio un fuerte tirón llevándose con su mano la tanguita negra.

Con mis manos agarre fuerte de sus nalgas y tirando de ellas el ano quedo a la vista.

¡Este culo está pidiendo que se le coma!

José se puso de rodillas y acerco su cara a las nalgas abiertas y dando lametones comenzó a comerse el sabroso ano de Marta, lo tuve ocupado un buen rato hasta que decidí apartarle la cara. Cogiendo a Marta del pelo la obligue a ponerse de rodillas.

¿Te gusta zorra?  Con mi mano en su barbilla levanté su cara y solté un cachete aun lado y seguido al otro.

¡Te vamos a dar un aperitivo, te vas a comer unos buenos rabos y si lo haces bien te premiaremos con un buen par de ostias, puta!

Abrí la bragueta sacando mi polla que ya estaba super dura, con la mano agarrando su pelo bruscamente llevé su cabeza hacia mí, penetrando con mi polla su boca dando movimientos fuertes y el juego de mi polla al compás, así durante un buen rato hasta que Marta comenzó a dar síntomas de arcadas.

¡Come puta, que te entre bien adentro!

Indique a José que se preparara y este se quitó la ropa colocándose a mí lado.

¡A ver qué tal lo haces ahora, come polla guarra que vas a tener hasta hartarte!

Me aparte y José tomo mi lugar dando más caña, apenas dejamos pasar unos segundos de respiro. Me coloqué detrás, mi mano la llevé al coño de Marta que estaba super mojado y comencé a masturbar su clítoris. No tardo en comenzar a doblar las piernas y dar convulsiones marcando la llegada de un intenso orgasmo.

¡No te he dado orden de relajarte guarra, levanta las piernas!

Era inevitable que su cuerpo se doblara y sin dejar de manosear su coño con mi otra mano en su cintura la obligaba a enderezarse. Escupí sobre su ano y dejé por un momento la masturbación de su coño, mis dedos estaban muy húmedos y me sirvieron de lubricante natural para ir haciéndose camino hacia el ano. Fui un poco bueno y no quise hacerla mucho daño en un principio, así que uno de mis dedos fue penetrando poco a poco el ano masajeándolo hasta notar que se abría, seguido el segundo dedo se unía a la pequeña fiesta, en poco cuatro eran los que tenían un movimiento de mete y saca, la masturbación anal era efectiva y el líquido comenzaba a salir.

Su culo abierto y su coño estaban super mojados y no me pude aguantar, así que me aparte un momento para quitarme la ropa, acerque mi polla a su coño y la penetre de un solo golpe, Marta dio un grito ante la brusquedad del golpe.

¡Grita puta, así dará más gusto cabalgar sobre ti!

La estábamos dando buena caña, José penetrando la boca y yo dando fuertes envestidas a su culo. Así un buen rato, tuve que parar para no correrme porque me tenía a tope. José se sentó en el sofá exhausto, tomando a Marta por el pelo la coloque sobre él, su polla se colocó con facilidad en su coño. Tire de su vestido hacia arriba y lo quite del todo, desabroche el sujetador negro y sus pechos quedaron libres a lo que las manos de Jose se lanzaron sin esperar a nada. Deje que follaran un rato y que así le dimos un rato de relax a Marta mientras yo iba preparando el siguiente juego.

Estaba convulsionando en pleno orgasmo, echando su espalda hacia atrás y con la cara desfigurada cuando intervine, tome del brazo a Marta y la obligue a levantarse de encima de las piernas de José, la leche de su coño aún seguía saliendo y corría por sus piernas.

¡Ven zorra que ya estás muy relajada y eso es lo que no queremos aun!

Llevándola al centro de la sala donde ya tenía preparada la mesa, la coloque tumbada con la cara en la mesa. Con cuerdas sujete sus piernas, una a cada pata de la mesa dejando bien abierto lo que nos interesaba y los brazos con extensiones a las patas delanteras.

Ya la teníamos preparada y era momento de comenzar.

¡Lo que has tenido era solo un paseo para lo que te vamos a dar ahora, vas a disfrutar guarra y si te duele te jodes puta zorra!

Comenzamos la nueva tanda dando unos buenos azotes en su precioso culo, José se acercó con un cinturón ancho y le deje que le diera unos buenos correazos, los ahhh fueron saliendo de la boca de Marta, el trasero muy marcado a cada azote.

Tomé un frasco de lubricante y lubrique bien mi polla, sin mediar palabra me acerque y aparte aún lado a José que dejo de darle correazos. Con una mano apoyada en el culo de Marta separé sus nalgas y con la otra mano dirigí mi polla hacia su ano penetrándolo con fuerza, se había cerrado un poco y el grito de Marta fue más fuerte denotando dolor, lo ignoré y seguí dando con fuerza notando que su ano se volvía abrir bien, momento en el que los gritos dejaron paso a gemidos de placer. José estaba como una moto y me pidió follarla así que le deje que la penetrara.

… ¡Ahora sí que lo estás pasando bien zorra!  Comento José que aumentaba el ritmo de las envestidas.

¡Te dejo que hables guarra! ¿Te está gustando?  La pregunte.

… ¡Me encanta, así sí, quiero más!  Respondía.

José estaba super cachondo y termino por correrse dentro de su culo.

¡No te creas que esto se termina ahora que se ha corrido en tu puto culo de cerda!

Me acerque a su cara y vende sus ojos con el objetivo de buscar la intriga de lo que podríamos hacer y la sensación de perder su control. Tomé de nuevo el lubricante y volqué una buena cantidad en mi mano, la esparcí por esta y parte de mi brazo. El fisting me encanta y si se hace bien es una pasada. Su ano estaba muy abierto con la caña que le habíamos dado y no me costó nada meter mi mano entera por él, lo que ella no esperaba que cada vez fuera más adentro y pase más allá de la mano, una buena parte del brazo estaba ya penetrando, los gemidos eran fuertes cada vez que entrada. Indique a José que se preparara y seguido este fue metiendo su mano por el coño, los movimientos eran fuertes y Marta pronto volvió a retorcerse con la llegada de nuevos y muy intensos orgasmos.

¡Eso es guarra disfruta, que te gusta esto zorra!  Marta se corría una tras otra vez y al mismo tiempo decía…

… ¡sí, sí, me gusta mucho, noto como me rompo, no paréis!

El tiempo paso rápido sin darnos cuenta, la desate y la tire al suelo y sin dejarla descansar volvimos a la carga. Jose comenzó a follarla de nuevo, el carbón estaba caliente de cojones. Se dio la vuelta dejando a Marta sobre él, yo me coloque por detrás fallándola por el culo.

¡Así perra, sigue así!  Dimos buena caña durante un rato a ese culo precioso y al rapadito de su coño.

Me corrí dentro de su culo y seguido volvió hacerlo José. Nos pusimos de pie y colocamos las pollas en su cara.

¡Vamos a terminar esto bien guarra y para eso tienes que limpiar muy bien nuestras herramientas si quieres que estén preparadas para la próxima vez!

Marta abrió la boca y fue tragándose una primero y después la otra polla.

¡Damos por terminada la sesión de hoy!

¿Te ha gustado Marta?  Mi tono de voz cambio buscando su respuesta.

… ¡Me ha encantado, fuertecito a veces, pero muy a gusto la verdad!

¡Y tú José! ¿qué tal?

… ¡Hay que repetir! ¡Fuerte y es lo que buscábamos joder!

Estuvimos un buen rato tomando unas cervezas y hablando mientras descansábamos que no nos dimos cuenta de la hora, eran casi las siete de la mañana. Así que me invitaron a quedarme a dormir.

Marta y jose se fueron a su habitación y yo me acosté en otra habitación. Al rato me estaba quedando dormido cuando le escuchaba gemir a Marta, la jodida estaba todavía cachonda perdida.

Serían las doce o así cuando noté que me estaban comiendo la polla, abrí los ojos y vi la cabeza morena de Marta como se tragaba toda mi polla.

¡Que placer despertarse así!

… ¡Es mi regalo por una noche estupenda! Respondió Marta ¡José está dormido y me apetecía darte las gracias!

Estuvo bien follar de nuevo con Marta, ella y yo solos, esta vez despacio y disfrutando cada movimiento, de su olor, acariciar su cuerpo notar su orgasmo estando dentro de ella. La corrida fue mi placentera.

Me vestí y Marta me despidió en la puerta con un gran morreo, José continuaba dormido.

A la noche recibí una llamada, era José.

… ¿Qué tal? ¡Me he despertado y ya no estabas! ¡Oye super a gusto, tenemos que repetirlo!

Y así fue, volvimos a repetirlo algunas veces más, pero eso da para otro relato…….

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