10. Tarde de verano

Había quedado con mi amigo Javier en pasar el sábado en su chalet, en un pueblo a 30 kilómetros de mí ciudad. Eran las nueve de la mañana cuando salía de mi casa y primero me pase por el super para comprar unas cervezas y refrescos, aunque me inviten, nunca me gusta llegar con las manos vacías. Era un día de verano y el calor a esa hora ya comenzaba a notarse, nos esperaba un buen día de piscina y cervecitas.

Conocí a Javier y a su mujer en el chalet de fiestas, venían con bastante asiduidad y entablamos una buena amistad. Su mujer se llamaba Irina, una chica de Tallin, Estonia, República Báltica.

Irina, morena de pelo corto y ojos verdes, no era alta, 1,65 finita de cuerpo, con un buen pecho y culito muy bonito. Javier como yo, 1,75 moreno, guapete, físico normal y bastante moreno.

A penas veinte minutos me costó llegar, no era la primera vez que iba así que ya me conocía el camino, Javier salió a recibirme a la entrada y me ayudo con las bolsas que traía.

Entramos directamente a la cocina, metimos la bebida en la nevera y al mismo tiempo nos pusimos unas cervezas frías, Charlamos un rato y Javier me comento que tenía una sorpresa.

… ¡Irina ha invitado a una amiga suya que vendrá a pasar el día con nosotros!

¡Me parece muy bien!… le respondí.

Se llama Katia, es una de las chicas sin pareja de su cuadrilla de amigas, no está en el ambiente, pero me comenta Irina que le encanta el morbo y tiene ganas de mambo. La verdad que está muy buena y yo también la tengo ganas, me comentaba Javier, Irina lleva un tiempo dándole caña, la tía está caliente y sabe que viene a pasarlo bien.

Irina entro a la cocina, me saludo muy cariñosa dándome dos besos.

… ¿Te comento Javier que viene mi amiga?… ¡Es una chica muy guapa, espero te guste!

¡A mí me gustas tú Irina, pero ya estás ocupada cielo!

… ¡Como que eso te importa mucho cuando me comes el coño, guapo… jejeje!

Irina soltó unas risas y salió de la cocina. Javier y yo seguimos hablando un rato. Me comento que Katia era separada, rubia y tipazo, 38 años muy bien llevados.

Casi eran las once de la mañana cuando sonó un claxon, Javier abrió el portón de la entrada para que entrase el coche en el que venía Katia. Irina salió la primera a recibirla y Javier y yo fuimos detrás. La verdad que Javier no se quedaba corto, Katia era un bollazo de tía, vestía un vestido fino de verano de color amarillo y gafas de sol grandes.

Irina la saludo en su idioma muy cariñosa, Javier dio dos besos y me presentaron, pude apreciar el recorrido de su mirada hacia mí pero no note ningún rechazo en ello.

… ¿Cómo estás?… ¡Me han hablado mucho de ti, que bien conocernos!

Después de los saludos, entramos los cuatro en la casa. Irina y Katia desaparecieron por un rato y Javier y yo nos fuimos a la parte de atrás de la casa donde estaba la piscina.

Nos quitamos la ropa quedándonos en bañador y nos colocamos en dos tumbonas. Al rato salieron las chicas preparadas para la piscina, de Irina ya conocía su cuerpo y me encantaba, Katia si cuando llego me pareció un bollazo, en biquini era espectacular (he de reconocer que me pierden las chicas del Este). Pechos redonditos y bien puestos, de piel blanca, se notaba que no había tomado mucho el sol, estaba muy buena y deseable, no podía dejar de observarla.

… ¡Ya veo que te gusta, no la quitas ojo bribón!… me decía Javier, y era verdad, estaba atontado mirándola.

Se tumbaron junto a nosotros y pasamos unas horas hablando, y muy a gusto la verdad. Preparamos la mesa y comimos en el jardín. Las chicas no sé qué se traían entre manos, hablaban entre ellas en su idioma y se reían, algo fuertecillo le decía Irina que Katia se ponía colorada seguido de unas risitas.

Javier me decía que, conociendo a su mujer, la estaba poniendo cachonda con los comentarios y no tardaríamos en ver que Irina se soltaría con algo. Y así fue, Irina se quitó la parte de arriba del bikini y se tiró al agua, llamo a Katia y esta hizo lo mismo. Entre risas nos animaban a tirarnos al agua, a lo que Javier me decía que esperase y que nos resistiéramos, hablaron entre ellas y en segundos alzaron sus brazos con la parte baja del bikini en la mano.

Nos quitamos el bañador y nos metimos en el agua, Javier beso a su mujer, yo me acerque a Katia, esta no se lo pensó mucho y me planto un buen morreo, se abrazó a mí y pude notar sus pechos junto a mi cuerpo, su mano fue a descubrir lo que yo tenía entre las piernas, que ya comenzaba a coger tono. Todos nos fuimos calentando mucho y no era precisamente por el sol, estábamos los cuatro muy juntos en el agua, Irina acerco sus labios a los de Katia y se morrearon, yo aproveche para degustar sus pechos, los tome con mis manos y comencé succionando uno a uno sus pezoncitos. Javier estaba comiendo el cuello de Irina y al mismo tiempo su mano estaba por la entrepierna de esta. Nos calentamos tanto que decidimos salir del agua y jugar fuera tirados en la hierba. Los preliminares fueron muy divertidos cruzándonos entre nosotros, Katia me estaba morreando e Irina me comía la polla mientras Javier se follaba a Irina y yo con mi mano pajeaba a Katia. No tardamos mucho en organizarnos un poco y tumbado sobre Katia la penetre por primera vez esa tarde.

No se movía nada mal, me tumbe de espaldas a la hierba y Katia encima de mí, los movimientos eran fuertes y no tardaron en convertirse en espasmos seguidos de orgasmos, Katia sabía muy bien lo que hacía y disfrutaba cada movimiento.

Javier estaba muy pillado y con ganas de montarse sobre Katia, Irina lo sabía bien y se unieron a nosotros, Javier con sus manos en las nalgas de Katia le abrió el trasero mientras esta se movía sobre mí, se puso a chupar su culo a lo que esta respondía con suspiros de placer, Irina tomo la cara de Katia y se comieron la boca, no tardó mucho en llegar el siguiente paso, Katia estaba super mojada lo que facilito todo los movimientos posteriores, Javier coloco su polla sobre el culo de Katia y fue penetrando su ano muy despacio, Katia se adaptó rápido a la nueva situación y comenzó a gemir más seguido, Irina no se quedó atrás, aprovechando que yo estaba en el suelo boca arriba, se colocó de rodillas y con las piernas abiertas sobre mi cara y sin dejar de comerse los labios con Katia, coloco su coño en mi boca buscando el juego de mi lengua.

El juego fue divertido, fuimos cambiando posturas, Javier pudo satisfacer sus ganas de follarse a Katia, Irina y yo también tuvimos buenos ratos, follar con ella siempre me gusto, era una fierecilla salvaje.

Así estuvimos buena parte de la tarde y terminamos tumbados hasta la puesta de sol. Llego la hora de la cena, nos pusimos unas copas mientras esperábamos estar todos, para la ocasión las chicas se vistieron de noche, Irina aposto por un vestido largo y fino de color negro, Katia también por un vestido largo fino de color rojo, nosotros algo más informal. Estaban rompedoras y muy sexis, Katia se sentó sobre mis rodillas y me beso.

… ¡Me ha encantado conocerte y la verdad que he disfrutado mucho esta tarde! Me susurro al oído.

¡Aún no ha terminado la noche cielo! La respondí.

Pusimos música apropiada y pasamos un buen rato entre risas y comentarios picantes, tanto que las chicas comenzaron a jugar entre ellas calentando el ambiente. El show lésbico que montaron nos puso a los dos super cachondos, Irina alargaba los brazos hacia los hombros de Katia apartando su pelo a medio lado, acerco su boca al descubierto cuello y comenzó a besarlo, los latidos de ambas se trasladaron también a nosotros que notábamos como nuestros cuerpos se aceleraban. Cada gemido de ellas nos ponía más cachondos. Irina fue desnudando a Katia hasta que ésta quedo totalmente desnuda ante nosotros. Poco le duro puesto también a ella, dejando a la vista el cuerpazo que ya comenzaba a tomar color de verano.

Los labios de Irina comenzaron a recorrer el cuerpo de Katia, su lengua se detuvo por unos instantes en sus pezones jugando con ellos hasta que quedaron erguidos. Fue bajando poco a poco por su cuerpo, Katia abrió sus piernas dando paso a la cara de Irina, la lengua se deslizaba muy bien por el coño de esta gracias a lo húmedo que lo tenía, Katia convulsionaba su cuerpo manteniéndose en pie hasta llegar al orgasmo, su resultado se podía apreciar deslizando sobre la cara de Irina.  El ambiente se fue calentando cada vez más, Irina se acercó gateando hasta las piernas de Javier que estaba sentado en un sofá contemplando el show, con la mano tomo la poya de este y se la metió en la boca comenzando a mamársela. Katia aun sin recuperarse, se colocó sobre mis piernas, con una mano apoyada en mi cuello me comió la boca, mientras la otra mano sujetaba mi polla y se la introducía en el húmedo coño, comenzó a moverse pidiendo cada vez más caña, joder como follaba.

La noche fue muy buena, follamos durante horas los cuatro. Katia y yo nos quedamos a dormir, eso sí, los dos juntos en la misma cama.

Hicimos muy buena amistad los dos, tanto que estuvimos saliendo juntos durante dos años.

“Los comentarios están desactivados para evitar SPAM. Si deseas dejarme algún comentario utiliza el formulario de contacto.”